sábado, 3 de marzo de 2012

la reforma laboral debe ser Democrática mente corregida Democráticamente corregida

MARIANO Berges 03/03/2012

Uno tiene mala conciencia al hablar de otras cosas que no estén relacionadas con la Reforma Laboral (en adelante RL), como si me escondiese en una coartada para no comprometerme con la rabiosa actualidad. Las lecturas y audiciones de ya muchos días sobre la antedicha RL me producen una fuerte confusión en mi intento armonizador de intereses y perspectivas. Juro por los dioses que me he puesto en el lugar del Gobierno, de la oposición, de la patronal, de los sindicatos y hasta de la Merkel. Y me parece que todos ellos tienen argumentos parciales válidos. Quizás el elemento más clamorosamente ausente del proceso sea un auténtico diálogo entre todos los agentes sociales y con un deseo real de llegar a resultados positivos para todos. De las crisis se sale con síntesis inteligentes y audaces que eviten quiebras sociales y peligrosas para la estabilidad del sistema que todos dicen defender.

Lejos de mí atreverme a impartir doctrina a grupos como los citados, en teoría los más capaces para llevar a cabo el citado diálogo armonizador de intereses y perspectivas.

Solamente voy a sugerir algunas indicaciones que podrían encauzar dicho diálogo y evitar una fracción social impredecible y peligrosa en sus consecuencias.

1. La RL era necesaria. Aún más, hay necesidad de modificar la manera de pensar y actuar por parte del gobierno y los agentes sociales. La RL de Zapatero, a pesar de la huelga general que propició, fue timorata y no explicada. Éste fue el gran déficit de Zapatero, no explicar su cambio de política laboral. Los políticos solo acostumbran a explicar los éxitos (propaganda) y no las decisiones impopulares aunque necesarias, cuando son éstas las que realmente hay que explicar. El PP parece ser que no ha aprendido.

2. El gran problema de la Reforma Laboral es que solo es laboral. No se percibe ninguna reforma financiera y fiscal profunda que equilibre realmente las cargas, ni ninguna reforma política que otorgue mayor calidad democrática y credibilidad a nuestro sistema. El mayor defecto que tiene la RL es lo enormemente desequilibrada que es: una auténtica barra libre para la patronal, con poca cultura empresarial democrática y que me temo solo la aprovechen para "oxigenar" plantillas a precio de saldo y hacer caja, en vez de para ganar competitividad y posteriormente crear puestos de trabajo. Pienso que el gobierno tiene que repensar su RL partiendo de la buena intención que hay que suponerle. Cuesta creer que facilitando el despido y las malas condiciones laborales se cree empleo y riqueza

3. Los sindicatos necesitan desfuncionarizarse y enterrar algunos clichés fabriles izquierdistas más propios del siglo XIX que del XXI. Está muy bien que defiendan las conquistas sociales conseguidas por los "insiders" o trabajadores en activo, pero deben dirigir también su manto protector hacia los "outsiders" o trabajadores fuera del sistema como son los parados y especialmente los jóvenes. Los sindicatos siguen siendo imprescindibles pero adaptándose a la difícil y compleja labor de configurar un futuro complejo y cambiante.

4. La izquierda no puede abusar de la calle en detrimento de la política institucional. Está obligada a algo más que decir no. Debe elaborar toda una alternativa global integrando las varias reformas necesarias para iniciar la salida de la crisis. Precisamente ahora que no tiene la urgencia de gobernar debe aprovechar para elaborar alternativas potentes y creíbles. La izquierda o tiene teoría o no es nada.

5. El éxito de las manifestaciones convocadas por los sindicatos los días 19 y 29 de febrero contra la RL fue expresión de inquietud y desmoralización por parte de todo tipo de asalariados, parados y jóvenes. "No queremos confrontar, sino corregir", dijo el líder de UGT, optando por una estrategia de moderación y de responsabilidad. Si los sindicatos, patronal, partidos y gobierno tienen una auténtico deseo de trabajar por España y los españoles, están condenados a dialogar en profundidad. La mayoría absoluta del gobierno no es un cheque en blanco. No es que los sindicatos hayan perdido poder, es que los han expulsado de la mesa. Y eso no es bueno para nadie.

6. No puede ser que la RL sea buena o mala, blanca o negra, según el posicionamiento apriorístico de cada cual. Cerrándose en un pensamiento de grupo por miedo a ser silenciado o marginado se pierde la capacidad de responder con energía e imaginación a los nuevos desafíos. No es necesario ser experto en economía para pensar sobre la RL ni sobre la crisis. Es más, la economía no ha demostrado ser auténtica ciencia, pues la ciencia o sirve para prevenir o no es ciencia.

Tenemos que reaprender a criticar a los que nos gobiernan, pero pensando, no obedeciendo al círculo social o político en que estamos atrapados.

Profesor de filosofía

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