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El debate
autonómico de Aragón lo seguí este año más intensamente dado que los dos
líderes importantes aragoneses, Rudi y Lambán, se examinaban
ante el Parlamento y ante los aragoneses, y suponía que iban a dar lo mejor de
sí mismos. No defraudaron. Ambos superaron el listón anterior y confrontaron
correctamente sus beligerantes posiciones ideológicas. Desde mi perspectiva
personal, Lambán ganó en la fase de discurso y Rudi ganó en la fase de réplica,
ya que los datos los tenía ella y finalizaba los turnos de palabra.
Las acusaciones de
ambos fueron las esperadas: que Rudi estaba alejada de la realidad aragonesa y
que Lambán manejaba la demagogia con excesiva alegría. Comprensibles ambos
ataques y lógicas las mutuas defensas. ¿Y ahora, qué? Los aragoneses pensarán
que han visto un debate político de entidad (no es lo de menos) pero seguimos
sin indicios serios de futuro. Esta es la cuestión que hay que analizar y ante
la que hay que posicionarse a partir de ahora. Un debate parlamentario es
suficiente si aporta claridad y credibilidad. Y pienso que los dos líderes
ofrecieron suficientes elementos de juicio como para que los oyentes sacasen
conclusiones. Yo sí que las saqué.
1. El PP y Rudi
son unos buenos seguidores de Rajoy y su gobierno en todo lo que actualmente
está haciendo y el futuro que nos acecha.
2. El PSOE
aragonés estrena un líder que no está de acuerdo con Rajoy (lógico) pero que
tampoco comulga con lo hecho hasta ahora por el PSOE en su tratamiento de la
crisis. Su texto "No defenderé aquí al gobierno de Zapatero, que
cometió errores de bulto en el tratamiento de la crisis. Pero es que, a los
problemas heredados, ustedes han añadido otros y más graves" supone un
inteligente equilibrio político ante una situación difícil de encarar, entre
una herencia familiar no fácil (Zapatero) y un presente hostil (Rajoy). Los
partidos minoritarios (IU y CHA) lo tenían francamente fácil. Como nunca serán
el eje de ningún gobierno, sus críticas y sus propuestas no están ni estarán
sujetas a verificación alguna. Su pureza es tan fuerte que te puede embriagar,
y embriagados somos poca cosa. Y el PAR, más que difícil lo tenía imposible.
Pero como vive de lo imposible, con la derecha y con la izquierda, siempre sale
adelante. Ya sabrán ustedes que el gobierno aragonés se suele componer del PAR
y otro más.
3. Los objetivos
de un debate de estas características siempre son varios. Los líderes se examinan
ante el Parlamento, ante la sociedad, ante su partido y ante sí mismos. No es
fácil contentar a todos. Precisamente en esto falló el debate, que fue más un
examen de líderes que un conjunto de propuestas transformadoras reales y
creíbles. Algo así como un guión previsible y unos protagonistas solventes.
Repito, no es poco. Pero el momento exige más. No hubo ni indicios de pactos
entre los mayoritarios. Hubo más táctica que estrategia. Y más obviedades que
propuestas rigurosas.
4. Una cosa quedó
clara: que las cuestiones importantes no se solucionan en Aragón. Algunas ni en
España. Europa es el horizonte de la solución. Y los partidos aragoneses
mayoritarios deben presionar y convencer a sus cúpulas estatales para que
pacten los grandes asuntos de Estado: economía, empleo, arquitectura
institucional y el núcleo básico del Estado de Bienestar. Y juntos, negociar en
Europa qué papel queremos jugar, garantizando nuestro rigor y lealtad en los
objetivos a cumplir.
5. Pero hay que
ser optimistas y futuristas, si no por convicción sí por necesidad. Por
ejemplo, en la cuestión rescate sí/no, es menos importante el qué que el cómo.
Ni es causa única de nuestra situación nuestra fama lúdico-mediterránea ni
tampoco la dureza alemana. La cosa es más compleja. Lo primero que hay que
hacer es identificar el problema, que es el modelo de Estado inviable que
España tiene, nepótico y corrupto, y su origen que radica en las estructura
oligárquica de los partidos, la economía, las finanzas, el poder judicial y,
prácticamente, toda estructura de cualquier organismo o sociedad que tenga
poder y/o influencia. La reforma administrativa es urgente pero debe ser muy
estudiada y debatida por académicos y políticos, con fuerte participación
social, y consensuada por los grandes partidos, sin partidismos.
6. La situación es
de emergencia. No es solo el empobrecimiento de las clases medias-bajas ni el
adelgazamiento del Estado de Bienestar. Es sobre todo, la desaparición pública
de dos generaciones de jóvenes y el envilecimiento moral de todo un país.
Conclusión: El
mayor problema que tiene España es que no es un país serio. Y ésa es la mayor
condición que nos pone Europa.
Profesor de
filosofía