¡Vaya follón que tiene Pedro Sánchez! No sé si es peor
el lío interno o el lío externo. Con la firma del pacto PSOE-Ciudadanos (C`s)
se ha abierto la caja de Pandora.
Empecemos por el pacto, aunque no es el pacto en si sino
el contexto del pacto lo que hay que considerar, tanto el contexto interno como
el externo. Porque el pacto dice cosas interesantes, más con estilo de programa
electoral que de pacto de gobierno. Pero si tenemos en cuenta que todavía
quedan más de dos meses hasta el 3 de mayo (fecha de caducidad del tiempo hábil
para pactar), hay que interpretar que dicho pacto es ampliable a otras fuerzas
políticas y, por lo tanto, abierto y modificable. Por esta misma razón, la
consulta a los militantes del PSOE no tiene mucho sentido. Fue una propuesta
“hábil” de Sánchez frente a sus barones, que se puede volver contra él. Porque
con la supresión de las diputaciones provinciales (no todas, siempre ha habido
clases) los aparatos regionales del PSOE han aprovechado la ocasión para, “en
defensa de nuestros pequeños pueblos”, cargarse el trabajo de Sánchez y su
comisión negociadora. También es verdad que el pacto se les ha puesto “a huevo”.
Si en vez de la palabra “supresión” hubiesen puesto “transformación”, todo
hubiese sido distinto, al menos por ahora. Porque a nadie sensato y con un
mínimo conocimiento de la cuestión se le escapa que las diputaciones
provinciales deben ser objeto de una transformación radical para cumplir su
función hacia los pequeños pueblos, sin discriminaciones ni clientelismo
políticos. De las comarcas aragonesas ya ni hablamos, porque, como dijo Lambán,
ni se tenían que haber creado ni dan valor añadido significativo a la gestión
de los pequeños pueblos. En Aragón, en Andalucía, y supongo que en otros muchos
lugares, se ha levantado el hacha de guerra por la palabra “supresión” (de las
diputaciones). De todas formas, recuerdo que ya estaba en el programa electoral
de Rubalcaba y no se armó tanto revuelo. Seguramente porque nadie se lo creía.
El PSOE ha pactado con C´s, o sea, con la derecha. Y
no ha pactado con Podemos (POD), o sea, con la izquierda. Aquí la razón de la
rebelión es eso de izquierda-derecha. Otra vez habría que volver a los
documentos. Repito que el documento del pacto PSOE-C´s no está mal, es
posibilista y razonable. Y lo que sí es viable. Pero el documento de POD no es
viable. El referéndum de Cataluña ni es ni debe ser asumible por el PSOE. Y
casi todas las propuestas con traducción económica son, hoy por hoy, inviables.
Por lo tanto, la pregunta básica es ¿quería POD pactar o lo que quería era
justificar su no-pacto?
A veces, da la impresión de que todos han empezado una
especie de precampaña electoral para las elecciones del 26 de junio. Y que la
palabra clave aquí es “culpa”. ¿Quién ha tenido la culpa de que se tengan que
repetir las elecciones? Todos van a la búsqueda de la coartada. Una vez más el
lenguaje sirve para engañar más que para decir la verdad. Ahora bien, para que
haya realmente engaño hacen falta dos requisitos: engañador y engañado. El
primero tiene que ser listo y el segundo, ¿tonto? Me viene a la mente un título
precioso del filósofo Gómez de Liaño, La
mentira como cohesión social. ¿Es posible nuestro tipo de sociedad sin
mentira, propalada y aceptada por todos y entre todos? ¿Podríamos vivir sin
publicidad (engañosa), medios de comunicación (parciales e interesados),
mentiras cotidianas (otro título precioso de Monserrat Roig, Dime que me quieres aunque sea mentira),
mentiras “salvadoras”, mentiras “terapéuticas”, elocuentes silencios…?
Imposible. No hay tópico más ruinoso que ése de “no se debe mentir”. Hasta la
moral católica, tan sabia como siempre, tiene en su catálogo salvífico la
restricción mental, que es una forma de mentir sin que sea pecado. ¿Y qué decir
del secreto de la confesión en caso de delitos?
Yo, como militante del PSOE, voy a ir a votar el
sábado 27. Y votaré que SÍ a este pacto imperfecto, incompleto y
fundamentalmente desiderativo. Porque no puede haber pacto real de gobierno si
no hay un pacto embrionario del que partir. Otra cosa es para qué va servir
esta consulta, que no es vinculante para nadie y va a ser instrumentalizada como
arma arrojadiza de todos (internos y externos) contra todos. Sánchez y Rivera han demostrado voluntad
política para pactar. Otros todavía no. Yo espero y deseo que haya pacto. Entre
otras razones porque si se repiten las elecciones, el resultado va ser muy
parecido, y estaremos otra vez igual pero peor. En Europa nos ningunearán
todavía más porque la interlocución con Bruselas bajará enteros y la confianza
de los mercados con España quedará dañada. Es una barbaridad tomarse tanto
tiempo para constituir gobierno.
Mariano Berges, profesor de
filosofía