sábado, 21 de noviembre de 2015

¿GUERRA O POLÍTICA?

Es difícil sustraerse al atentado de París en el momento de elegir el contenido de este artículo. También uno quiere evitar ser un mero eco de los medios y, menos aún, una plañidera más de lo malos que son algunos. Pero solo me vienen a la cabeza ideas sueltas e imágenes espeluznantes. No es fácil trazar una conexión causa-efecto y abrirnos a la política como ciencia terapéutica que los humanos hemos inventado para racionalizar y humanizar las tragedias causadas por los dioses.  

La primera idea que se me ocurre es que el acto criminal llevado a cabo por el Estado Islámico (EI), aunque no puede justificarse sí que puede explicarse. El horror recientemente vivido en París es pan de todos los días en Siria. Hay una viñeta de El Roto en la que un soldado occidental reflexiona  a  bordo de un avión: “los días pares les arrojamos bombas, y los impares les suministramos armas”. Trágico y evidente. Lo que sucede es que las vidas de los naturales de unos países son más baratas y anónimas que las de otros. Por eso unas muertes son noticia y otras, no. París es mucho  París.

Hay muchas preguntas sueltas que nadie va a contestar. Por ejemplo, ¿quién financia el Estado Islámico? Putin ha arrojado una afirmación de que hay países del G-20 que financian al EI. Supongo que será a través de la compra de petróleo que vende el propio EI. ¿Existe una financiación explícita por parte de los países del Golfo, especialmente Arabia Saudita? Con Al Qaeda sí que la hubo. El doble juego de algunos países lo explica mejor la viñeta de El Roto que mi texto.
Un atentado como el de París es relativamente fácil de ejecutar. Cuando hay personas capaces de inmolarse todo es posible. Y parece ser que no faltan. Es más, la reacción militar de Francia contra el EI alimenta la estrategia yihadista y aumentará su número de mártires y cruzados. ¿Quién no recuerda aquello de que “la sangre de los cristianos es semilla de nuevos cristianos”? Cuando la religión está por el medio sobran la lógica y la política. La espiral de la violencia se hace indefinida y eterna. Una organización terrorista sin verdaderos ejércitos pero con heroicos kamikaces, es capaz de mantener en jaque al resto del mundo. ¿Es ajustada, conveniente y eficaz la rápida respuesta de Francia bombardeando Siria? En cualquier caso, insuficiente como guerra, pues hacen falta también intervenciones por tierra, e insuficiente políticamente. En esta cuestión de la “guerra contra el EI”, observamos que la política está totalmente ausente. Nuestros dirigentes no gestionan las causas de la realidad sino sus consecuencias. Esto les hace analizar los acontecimientos a posteriori y, por lo tanto, no inciden en ellos. La sociedad asiste impertérrita al espectáculo, con las emociones a flor de piel y con la tragedia a la puerta de casa. La guerra es la negación de la política.
Porque la historia del terrorismo yihadista no es de hoy, sino que comienza en la cárcel americana de Camp Bucca (Irak) en 2003 y se consolida en la cárcel de Abu Graib, también americana. De ellas salieron los líderes de Al Qaeda y del actual EI. Solo han aprovechado el caldo de cultivo actual de la guerra de Siria para conseguir el territorio que cualquier Estado precisa. En 2011 surge el EI, que ha superado a Al Qaeda en poder, eficacia y número de militantes. Su capital está en Raqqa, convertida en capital del califato, que cuenta con más de 30.000 soldados, que han emigrado desde todo el planeta. (200 proceden de España). Ocupan un tercio de Siria e Irak y sueñan con expandirse por el mundo, incluido Al`Andalus. Además, saben usar las nuevas tecnologías con una gran eficacia publicitaria y emocional. Los auténticos damnificados son la población civil del EI, presos de una violencia fascista y objetivo de las bombas “liberadoras” occidentales.

Últimamente me ha llamado la atención un video que funciona por la red y cuya tesis es que las migraciones de los islámicos (invasión lo llaman), con su prolífica descendencia, van a constituir la mayoría en las poblaciones europeas dentro de pocos años. Independientemente de que sea acertada o no tal profecía , está clara su autoría ideológica. Pero todavía está más clara su eficacia en las emociones y credos de la gente de a pie. ¿Qué hacer con las migraciones? El último acuerdo de la UE en La Valetta parece una toma en consideración de la tesis del video. Cualquier decisión es complicada, pero, a veces, el criterio ético es, además del más válido moralmente, el más eficaz. Industrialicemos el tercer mundo. Incluso puede ser un buen negocio para ciertos países occidentales, además de solucionar un montón de problemas. Aunque esta postura tendría una gran resistencia por parte de los fabricantes de armamento (30 % de la industria USA).


Mariano Berges, profesor de filosofía

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