Cada
vez más, esto se parece a una partida de póker, en la que los factores internos
y personales tienen más importancia que los factores generales y sociales. Cada
cual (personas y organizaciones) juega desde la defensa de sus intereses sin
tener muy en cuenta los resultados sociales finales.
En
estos momentos, y teniendo en cuenta que la mayoría para ser investido la dan
176 diputados, se definen tres grupos posibles: 1) Grupo de derechas (PP + C´s
=163); 2) Grupo de izquierdas (PSOE + POD (y sus socios) + IU =161); 3) Grupo
de nacionalistas (PNV + EC + DiL + Bildu + CC = 26). Una vez más los nacionalistas tienen la
capacidad de otorgar la mayoría a la derecha y a la izquierda. Aunque también C´s,
una vez comprobado que no tiene mayoría con el PP, podría pactar o abstenerse a
favor del PSOE. Hay que tener en cuenta que a C´s no le interesa la repetición
de elecciones. Parece, pues, más probable un pacto de izquierdas, con apoyo o
abstención de los nacionalistas y/o de C´s, que un pacto de derechas. En
cualquier caso, la capacidad de acuerdos y de bloqueos va estar en el
Parlamento y no en el Gobierno. Aunque para una reforma constitucional, el
acuerdo PP-PSOE es condición imprescindible.
Como
se puede observar, los supuestos son muchos y el tacticismo es infinito. Seguimos con el cálculo de
posibilidades. Si PSOE y POD no pactan, habrá que poner sobre la mesa las
razones reales (casi seguro que ocultas) de cada uno. Yo pienso que hay una razón
general y social para que el pacto de izquierdas sea posible y real: que es la
única posibilidad de un gobierno progresista y alternativo a la derecha. Si
añadimos razones de tipo táctico o interesado, Sánchez parece obligado a
intentarlo porque, de lo contrario, sus enemigos internos lo descabalgan. Ya se
sabe que los políticos de otros partidos son adversarios y los de tu partido
son enemigos. En el caso de POD, puede pensar que unas nuevas elecciones
podrían suponerle el sorpasso al
PSOE, independientemente del perjuicio social general para los españoles y el
fracaso político general. La famosa “línea roja” del referéndum catalán no deja
de ser una coartada que justificaría la voluntad de no pactar e ir a una nuevas
elecciones, pues el referéndum es imposible sin reforma constitucional, y ésta
es imposible sin acuerdo PP-PSOE. Lo mismo se puede decir sobre la petición de
cuatro grupos parlamentarios por parte de POD, que es una presión de los socios
sobre POD y no un deseo propio. Cada vez está más claro que POD tiene solo 42
escaños y que los otros 27 son confluencias coyunturales y tácticas. Difícil
equilibrio el de POD: nacionalistas-soberanistas en la periferia y
social-españoles en la meseta. De momento no les va mal, pero este juego no se
sostiene por mucho tiempo.
Si
acudimos a la lectura de los distintos medios de comunicación, la guerra de
intereses ideológicos y económicos es brutal. A los pocos días de la
investidura del Presidente de Cataluña, la presión sobre Sánchez y el PSOE es
tremenda para que apoye o permita la investidura de Rajoy. Sin tener en cuenta
la legitimidad democrática que tiene Sánchez para intentar pactar un gobierno
progresista y reformista con POD, sin hacer caso al grito de “que viene el
lobo” por parte de los medios de la derecha (casi todos). Viene al caso
recordar que Pepe Múgica, expresidente de Uruguay, procede de la guerrilla
uruguaya y se ha convertido en el paradigma universal de la ética, la
austeridad y el sentido común de un gobernante. Cuando a uno le toca gobernar
en serio, sabe que todos los ojos están sobre él y que sus decisiones y
explicaciones (o la ausencia de ellas) van a ser examinadas con lupa. Por lo
tanto, dejémonos de tonterías y hablemos en serio de lo conveniente o
inconveniente desde la perspectiva de la sociedad en su conjunto, y no usemos
coartadas engañosas que lo único que buscan es la supervivencia de cada cual. Lo
que realmente le interesa a la sociedad española es el contenido programático
de una coalición de izquierdas.
Y
si pareciera que unas nuevas elecciones son inevitables, porque a POD le
interesa, tras todo el espectáculo teatral que vamos a ver durante dos meses,
yo aconsejo al PSOE que, con su abstención unida a la de C´s, permita la
investidura de Rajoy. La lista de razonamientos será larga y dolorosa, pero si
se hace bien podría ser un ejemplo de responsabilidad política y sentido de
Estado. No olvidemos que el Parlamento tendrá, como nunca ha tenido, toda la
capacidad para bloquear los excesos del PP. Y entonces, o el PP hace una
política reformista o el gobierno tendrá una vida muy corta. En cualquier caso,
es la hora de la responsabilidad por parte de los políticos y también es la
hora de la inteligencia por parte de los ciudadanos. Ya vale de cuentos.
Mariano Berges, profesor de filosofía
No hay comentarios:
Publicar un comentario