sábado, 10 de diciembre de 2011

la crsis del psoe

MARIANO Berges 10/12/2011

Si algo positivo tiene esta omnipresente crisis es la cantidad de interrogantes que ha generado y la evidente necesidad de una profunda reflexión por parte de todos los agentes sociales, especialmente los partidos políticos. Personalmente, me interesa la reflexión por parte del PSOE, a la que me sumo por obligación política, que desde Aristóteles es la más moral de todas las obligaciones.

En estos momentos, tras la debacle del 20-N, el PSOE anda a la búsqueda de un líder para convertirlo en secretario general y, tras los cambios de unos nombres por otros, esperar a ver si hay suerte y en 2015 la victoria sonríe en la generales. Lógicamente y en cascada, sucederá lo mismo en regiones y provincias. Creo que es un craso error, pues el problema es mucho más grave y complejo.

En estos momentos son tres los conceptos que me interesa resaltar: 1. La crisis; 2. El análisis crítico de PSOE actual; 3. La hoja de ruta.

1. La crisis actual no es una crisis coyuntural sino sistémica y, como tal, no tiene arreglo: el modelo debe morir y nacer otro nuevo. No es tanto un problema de gobiernos como de modelos de sociedad. En España, por ejemplo, el problema de la crisis no es la deuda pública (700.000 millones de los 4 billones que debe el país), sino la deuda privada: bancos, empresas y familias. Por lo tanto, mantener el nivel de consumo actual es imposible. Hay que ser selectivo en los elementos sostenibles del Estado de bienestar, empezando por el empleo.

Se suele decir que los mercados han vencido a la política y a la democracia. Pero son los políticos los que toman las decisiones económicas. Son los políticos conservadores los que están colando su escala de valores con la coartada de la crisis. La izquierda europea está en minoría europea, por eso es tan importante llevar a Europa mayorías progresistas. No son tanto los gobiernos los que están cambiando, sino las sociedades y sus estructuras. Los gobiernos conservadores son causa y consecuencia de los cambios socioeconómicos actuales.

2. Tras la derrota histórica del 20-N, la mayoría de los dirigentes socialistas ha elogiado a un buen candidato, a un magnífico programa y a una campaña extraordinaria. ¿Sólo Zapatero y la crisis explican una derrota de tal calado? La táctica del avestruz es la mejor manera de no levantar cabeza. Lo primero e imprescindible, para curarse, es hacer un buen diagnóstico. Y el párrafo anterior ni es verdad ni es un buen diagnóstico. El PSOE tiene grandes carencias de contenido, de discurso, de estrategia y de líderes. Por este orden. Por lo tanto, me parece totalmente incorrecto tanta prisa por encontrar un líder.

Posiblemente, el PSOE esté enfermo de poder. Se ha acostumbrado excesivamente a él. Se ha aislado de la sociedad y los ciudadanos. Cuando se está mucho tiempo en el poder se pierden las referencias de lo que está bien o no; uno se llega a sentir en su sitio natural, puesto que dos elementos claramente democráticos lo han colocado allí: su partido y los electores. La corrupción no es más que la elevación a "n" de esta falta de referencias. Ya Lenin se preguntaba ¿El poder, para qué? Desde luego que no para uno mismo, sino para la transformación social empezando por los más vulnerables.

3. Como hoja de ruta, creo que urgentemente habría que celebrar una Convención organizada en red por todo el país, con tiempo y sin prisas. Esta Convención analizaría la sociedad actual, sus características, sus demandas y sus principios de solución. Y entre esas características actuales está la nueva Europa, un renovado Estado con una organización territorial igualitaria y solidaria y una enriquecida Democracia. Y tras ello, el perfil del líder o líderes necesarios. ¿Por qué tanta prisa y a quién le favorece esta prisa? A la organización socialista, no; a algunos listos, posiblemente.

PARA FINALIZAR, no se me ocurre mejor cita que la que usa Kant para definir la Ilustración, uno de los intentos transformadores más serios del género humano y que desde aquí reivindico. La define como sapere aude (atrévete a pensar). Hay que atreverse a más democracia, a más participación. Si para ello, hay que demorar la elección de el/los líder/es, demórese y elaboremos una estrategia que tenga en cuenta los trepidantes cambios que están teniendo lugar cada día. El mejor líder será el que tenga más sabiduría, ética y generosidad, unido a una gran capacidad organizativa, buena inteligencia emocional y mucha atención a los detalles. En definitiva, una estrategia inteligente de la organización para llegar a un líder inteligente.

Profesor de filosofía

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